¿Qué son
los anfibios?
Actualmente conocemos más de 8.000 especies de anfibios alrededor del mundo. Ellos son animalitos de piel delicada, y habitan ambientes acuáticos y terrestres del planeta desde hace 370 millones de años atrás (mucho antes que el ser humano).
Sus representantes se dividen en tres grupos: salamandras, cecilias, y sapos y ranas. Las salamandras y cecilias no están presentes en Chile.
Lamentablemente, los anfibios tienen problemas de conservación a nivel mundial y necesitan de tu ayuda: se estima que esta clase de animales se extingue 211 veces más rápido que en el pasado. Chile no es la excepción ante esta situación.
Anfibios
increÃbles
Los anfibios de Chile son únicos, con una historia evolutiva caracterizada por un antiguo aislamiento geográfico del resto del mundo, lo que ha llevado a la aparición de adaptaciones increíbles.
En Chile vive la única especie de anfibio que cría a sus renacuajos en el saco vocal: La Ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii):
Haz click para ver como los renacuajos se mueven dentro del saco vocal del macho.
Tenemos especies muy antiguas desde un punto de vista evolutivo, que son consideradas como fósiles vivientes. Un ejemplo de estas especies es el Sapito Austral (Telmatobufo australis), el que tiene renacuajos con ventosas para adherirse en los torrentosos ríos donde viven:
En el norte de Chile también habitan ranas acuáticas que algunas veces viven en porciones muy pequeñas de ríos (unos cientos de metros), a grandes alturas y en el desierto más árido del mundo. Un ejemplo es la Ranita del Loa (Telmatobius dankoi):
Existen sapos adaptados a la inclemente vida montañosa de la cordillera de los Andes, como el Sapito Espinoso (Rhinella spinulosa):
Y en Chile también vive una de las ranas más grandes del mundo: la Rana Chilena (Calyptocephalella gayi). Esta especie altamente acuática es endémica (solo se encuentra en nuestro país):
El altísimo número de anfibios únicos, junto con el gran número de amenazas que los aquejan, contrasta con nuestro aún rudimentario conocimiento sobre los anfibios chilenos y nos insiste una vez más cuán imperativo es nuestro deber de proteger esta increíble fuente de biodiversidad nativa.
Haz click para ver la charla ‘Anfibios de Chile y el caso de la singular Ranita de Darwin’.
Su importancia en el ecosistema
Los anfibios son animales que pueden ocupar diferentes tipos de ambientes y su importancia ecológica es múltiple:
Estos animalitos son reconocidos como controladores naturales de plagas que pueden ser molestas para el ser humano, como algunos insectos voladores.
​Representan un gran porcentaje de la biomasa (cantidad de materia viva presente en un ambiente) en algunos ecosistemas.
Los anfibios pueden ocupar dentro de su ciclo de vida ambientes acuáticos (pozas, ríos o humedales) como
también ambientes terrestres (praderas y bosques). De esta manera, ellos transfieren la materia y la energía entre estos dos diferentes
ecosistemas.
​Finalmente, similar a los canarios en las minas de carbón, los anfibios son indicadores de la salud ambiental. En algunas zonas rurales de la zona central y sur de chile, se creía popularmente que las ranas chilenas limpiaban el agua de los pozos y por este motivo eran dejadas deliberadamente en norias y otras
construcciones para almacenar agua para beber.
​Representan una importante fuente de alimento para otros animales y por ende, juegan un rol fundamental en las cadenas alimenticias de diferentes ambientes.
Su importancia cultural
La importancia cultural de los anfibios de Chile se remonta a los pueblos prehispánicos que habitaron este territorio. Por ejemplo, el Complejo Pitrén poseía elaboradas vasijas con formas de anfibios, algunas de estas pueden haber sido elaboradas incluso hasta hace 2.000 años atrás. Algunas de estas vasijas encontradas en sitios arqueológicos estaban pintadas con diseños que son fácilmente atribuibles a algunos anfibios chilenos, como la Ranita de Darwin y el Sapo Hermoso (Telmatobufo venustus) (Figura). La utilización de formas de anfibios en las esculturas y alfarería parece ser algo común a lo largo de diversas culturas precolombinas. El pueblo Mapuche por su parte tiene palabras para nombrar algunas especies de ranas como el arumko (Sapo de Rulo) y la pakarwa (Rana Chilena). Existen también relatos de que este pueblo utilizaba alguna especie de anfibio para producir un potente veneno mediante un proceso utilizado para concentrar una sustancia tóxica que naturalmente se encuentra en bajas concentraciones en la piel de algunos anfibios nativos. Increíblemente, la especie de anfibio involucrada y el proceso utilizado para la concentración de este compuesto tóxico permanecen totalmente desconocidos para la ciencia moderna. Aún hoy en día los anfibios están muy presentes en nuestra cultura popular, por ejemplo, en juegos de niños o en series de televisión con personajes como la rana René. Especies carismáticas, como la Ranita de Darwin, son utilizadas como inspiración para artesanías y atraen turistas curiosos de conocer esta increíble criatura. De esta forma, los anfibios forman parte de nuestro patrimonio cultural desde hace milenios hasta el presente.
Figura. Vasijas del complejo Pitrén representando especies de anfibios nativos de Chile. A) Sapo Hermoso (Telmatobufo venustus). B) Sapo de Bullock (Telmatobufo bullocki). C) Ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii). D) Sapito de Cuatro Ojos (Pleurodema thaul). Imagen extraÃda de Pérez et al. (2018).
Sus amenazas
La evidencia global sugiere que los anfibios son el grupo de vertebrados (animales con huesos) más amenazados en el planeta, superando a los mamíferos y las aves en este triste ranking. Desde hace varias décadas, especialmente desde los años ochenta, los herpetólogos (estudiosos de los anfibios y reptiles) comenzaron a notar que diversas poblaciones de anfibios estaban disminuyendo alarmantemente rápido en diversas partes del globo:
Esto no es sorprendente, pues estos animalitos son muy sensibles a los cambios ambientales, y el mundo está cambiando preocupantemente rápido.
Los humedales son lugares donde vive un gran número de anfibios. En el mundo en general, y en Chile en particular, ha existido una política pública que ha propiciado y financiado la contaminación y destrucción de humedales (como el secado de humedales o extracción de pompón) para expandir el desarrollo urbano. Esto ha llevado a la disminución de las poblaciones de anfibios a nivel global. En Chile, por ejemplo, la Rana Grande Chilena habita comúnmente este tipo de ambientes.
La pérdida y degradación del bosque nativo producto de la tala rasa, tala selectiva (por ejemplo, extracción de leña), pastoreo de ganado doméstico e incendios dentro del bosque, es probablemente una amenaza importante para los anfibios, sobre todo para la Ranita de Darwin y otros anfibios del sur de Chile que habitan en el bosque.
Otra amenaza potencial e importante para los anfibios, es el cambio climático producido por nosotros los humanos. Por ejemplo, utilizando modelos estadísticos y climáticos, David Uribe (integrante de ONG Ranita de Darwin) y colaboradores encontraron que el clima actual ha producido una disminución del área donde la Ranita de Darwin puede vivir, lo que explicaría en parte la disminución poblacional observada en esta especie. David también realizó modelos predictivos del efecto del cambio climático proyectado sobre la distribución potencial de la Ranita de Darwin en el futuro. Estas predicciones sugieren que a medida que Chile se vuelva más caliente y seco, y a medida que los eventos extremos aumenten su frecuencia, la distribución de la especie disminuirá considerablemente en área. Grandes porciones de la cordillera de los Andes, donde hoy la Ranita de Darwin es frecuentemente encontrada, se volverían climáticamente inadecuados para su sobrevivencia, llevando a su desaparición en estos lugares.
¿Qué hacer si encontramos un anfibio?
Los anfibios son ectotermos y tienen una piel delicada y permeable por donde intercambian agua, electrólitos y aire con el entorno. También poseen una comunidad microbiana natural en la piel que los protege de agentes patógenos. Esto implica que químicos en las manos del ser humano (como cremas, perfumes, tabaco, bloqueador solar, repelentes de insectos, etc.) podría ser perjudicial para la salud de estos animales. A raíz de lo anterior, recomendamos no tomarlas.
Otro aspecto a considerar, es que en Chile, legalmente (Ley de Caza y su reglamento) está prohibido que las personas manipulen a animales de fauna silvestre, incluidos a los anfibios. Investigadores que deseen efectuar trabajos científicos, deben pedir un permiso especial emitido por el Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG), justificando de manera adecuada la manipulación de estos animales y cumpliendo medidas de bienestar animal y bioseguridad.
Ante cualquier emergencia de rescate de anfibios (por ejemplo, si vemos una rana herida en la naturaleza), debemos llamar al SAG o a un centro de rescate autorizado.
Servicio Agrícola Ganadero (SAG): Mesa de ayuda +56 223451100
oficina.informaciones@sag.gob.cl
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